Las organizaciones con una conciencia genuina triunfan como negocio.
Esto no va solo de hacer lo correcto, sino también de hacer negocio. Las empresas que realmente ponen el impacto social y medioambiental en el centro de su estrategia son las que tienen un mayor potencial de generar niveles de rentabilidad más altos.
Se trata de guiar la actividad de la empresa hacia la generación de valor compartido para todos sus grupos de interés.
La generación de valor compartido implica que, a la vez que la compañía obtiene valor económico y beneficia a sus accionistas, también genera valor positivo en el resto de sus stakeholders, con foco en las personas, el entorno local del que forma parte, el medio ambiente y la sociedad en general.
Es esta creación de valor social-ambiental lo que contribuye a crear valor de negocio y viceversa, de manera que existe una relación simbótica entre ambos tipos de valores que hace que la compañía aumente su valor final.
Cuánto más impacto, más dinero.
Y cuánto más gane, más podrá invertir en mejorar ese impacto.
Autores
- Ainoa Monzonís - consultora de marca en The Mood Project
- Santy Monteys - director de estrategia en The Mood Project